LA PIEDRA MISTERIOSA
En la ciudad de Juliaca, hay una piedra misteriosa incrustada en la acera de la esquina conformada por las calles Ica, Carlos Lavagña y Sandia. Las personas antiguas que han vivido en el pueblo viejo de Juliaca, cuentan que esta piedra cambia de lugar misteriosamente, porque en aquellos tiempos esta piedra de regulares proporciones se encontraba en las faldas del cerro calvario al pie de un socavón ubicado actualmente en el domicilio del profesor Ernesto Huayllaro a un costado del coliseo cerrado de Juliaca. Se dice que esta piedra posee energía y poder de lo profundo por haber estado expuesto al aire libre cientos y miles de años al frió intenso, a las torrenciales lluvias y fuertes tempestades cargados de truenos y relámpagos que hacían retumbar a los apus (cerros) de toda la región.
No se sabe, quién ni como fue movida la piedra hasta el Campin lo que es hoy el Pasaje de la Cultura. Este hecho significó para los juliaqueños la revolución del cuatro de noviembre de 1965 por solicitar con justicia agua, desague y luz que terminó con la inmolación de sus mártires que tuvo connotación nacional e internacional. Después de veinte años, nuevamente la piedra misteriosa fue movida, tampoco se sabe quién ni como fue a dar a esquina entre las calles Ica y Lavagña donde actualmente se encuentra. Lo único que se sabe, es la devastadora inundación de muchas urbanizaciones y el sufrimiento del pueblo. Cuando cesaron las torrenciales lluvias, Juliaca parecía una isla solitaria.
La piedra misteriosa iba a ser destruida como material de base en la construcción de la vereda. Las personas que sabían de la existencia de esta piedra, impidieron que se moviera de su lugar y con la intervención del alcalde provincial Marcos Valencia Toledo lo fijaron con cemento en la misma vereda para que los juliaqueños ya no sufran mas daños y desgracias.
La gente del pueblo le dice la piedra de la carnicera, pero las personas que saben de su energía y poder le hacen el pago echandole flores, dulces, galletas, misturas, serpentinas, licores y otros pagos y challadas a voluntad, como un acto de agradecimiento por los beneficios y milagros recibidos, especialmente en el año nuevo, carnal chico, semana santa, tres de mayo, san Juan, 28 de julio, mes de agosto santa tierra pachamama, 24 de setiembre, 24 de octubre y navidad. Los creyentes en la piedra piden que nunca sea movida de su sitio, para evitar nuevos sufrimientos y desgracias en el pueblo juliaqueño.
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